Todo emprendedor tiene la necesidad de que conozca no sólo su producto, sino también, y en toda la profundidad que le sea posible, su mercado, sus clientes, sus competidores y todo aquello que pueda incidir en el éxito de su proyecto empresarial. A esto, sin duda alguna, contribuirá el Marketing.
La carencia de recursos económicos suficientes nunca podrá servir de excusa para no desarrollar una buena Estrategia de Marketing. Quizá no podamos hacerlo como las grandes corporaciones, pero sí podremos, a nuestro nivel, ejecutar acciones beneficiosas para nuestro negocio. Hay que eliminar dos barreras muy peligrosas: el miedo y el complejo de inferioridad.
Es importante considerar como prioritario que, una vez diseñada la necesaria estrategia del negocio para el medio y largo plazo, ésta deberá ser la que marque la gestión frente a la presión del día a día que es el mal endémico del emprendedor.
Es necesario evitar el defecto de la mayoría de las empresas, grandes y pequeñas, consistente en carecer de auténticas estrategias consensuadas que, generadas en la cima de la pirámide de la estructura, se difundan a todos los niveles organizativos para su conocimiento y consecución.
El descubrimiento de nuevos nichos de mercado se debe convertir en el objetivo básico de un emprendedor ya que, en la mayoría de las ocasiones, no le va a merecer la pena competir en mercados muy maduros. Va a suponerle, por lo general, un esfuerzo excesivo y continuado en intentar arañar una mínima cuota de mercado a las grandes empresas ya implantadas en los mismos.
Es mucho más interesante, comercialmente hablando, crear nuevos mercados, buscar nuevos campos de actividad en donde la lucha competitiva no nos afecte tanto, ya que no vamos a disponer de recursos económicos suficientes para la guerra con las grandes.
O bien, ampliar las fronteras de este mercado actual con un enfoque más positivo para los clientes. En definitiva, ampliar la actual demanda si es que se puede.
Muchos emprendedores fracasan por el simple hecho de creer que existe un mercado seguro para su producto o servicio. Les sobra ilusión y les falta la información necesaria para enfocar acertadamente su negocio; o se ofuscan, empecinándose en triunfar donde otros no van a permitir la incursión de nuevos competidores. La importancia del conocimiento del mercado y de su entorno se convierte en algo dramático cuando se carece de él. Su desconocimiento supondrá, en la mayoría de las ocasiones, navegar a ciegas en este tempestuoso mar que es el mundo empresarial.
Por último, el emprendedor debe tener siempre presente que el foco principal de su estrategia es el cliente, mucho más importante que los presupuestos, la competencia e, incluso, la captación de capital para el desarrollo del proyecto, ya que en una empresa todo es imitable excepto los clientes.
Actualmente, se ha pasado de fabricar productos a fabricar mercados. Y éste es, precisamente, el papel que desempeña el Marketing.
El análisis de la Estrategia de Marketing de los emprendedores pasa por la consideración de seis políticas o aspectos básicos:
- Entorno.
- Competencia.
- Oferta.
- Demanda.
- Ventas.
- Comunicación.
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