viernes, 21 de septiembre de 2012

Ideas de coaching para la valentía en emprendedores

Ideas de coaching para la valentía en emprendedores

'Los que esperan a que las cosas lleguen, recibirán las abandonadas por los que salieron a buscarlas'. (Alfonso Alcántara)

Los miedos nos impiden superar nuestra versión más mediocre. El primer reto que nos plantea la ansiedad es mantenernos en el terreno de juego, dejar de huir para afrontar los retos pendientes o para proponernos otros. La mayoría de las veces no escapamos del futuro corriendo, simplemente no hacemos nada y luego nos convertimos en expertos en justificar la inmovilidad.


1. Objetivo: Cuanto más sabes quién eres y qué quieres menos te afectan las cosas.

Esta reflexión de la película 'Lost in translation' muestra que tener claro el camino hace recorrerlo con más entereza. Muchas veces calificamos como valentía lo que resulta mera determinación: las personas que persiguen sus metas sufren la misma ansiedad que las indolentes con su futuro, la diferencia es que las primeras están concentradas en sus retos y no en sus déficits, la diferencia es que caminan, no esperan, son protagonistas, no observadoras.

2. Motivación no es tener ánimo, motivación es tener motivos.

Las emociones están sobrevaloradas. El psicólogo William James (1842-1910) afirmó que 'el pájaro no canta porque es feliz, es feliz porque canta'. La clave para ser valientes y sortear la ansiedad es tener siempre a mano una 'canción' que interpretar, un motivo para cantar, independientemente de las ganas que tengamos de hacerlo. ¿Cómo sacar motivación cuando 'no se tiene'?. No esperes la motivación para actuar, ponte a hacer lo que harías si tuvieras motivación. ¿Cómo empezar?. Con los pasos pequeños, no necesitan fuerza y llevan a los grandes. Cuando tengas dudas, prueba.

3. Emociones: La ansiedad se alimenta de tu huida.

¿Y si a pesar de tus miedos siguieras tu camino?. ¿Y si lo haces, a pesar de todo?. La metáfora del autobús puede ayudarte a diferenciar de una forma gráfica entre tus emociones y tus comportamientos, entre lo que sientes y lo que haces.

Si mantenemos nuestro autobús en ruta conseguiremos lo que nos proponemos y nos sentiremos mejor. Si dejamos de conducir en función de lo que sentimos, nuestras emociones negativas tomarán el control de nuestra vida. La ansiedad y los 'no-tengo-ganas' puedes usarlos como excusas oficiales para no mejorar y afrontar tu vida, o puedes considerarlos simplemente pasajeros desagradables que inevitablemente debes acarrear en tu autobús pero que no deciden ni condicionan tu ruta. Tus pasajeros no son tú, tu eres el autobús y tú eres el conductor. ¿A dónde quieres ir?.

4. Reputación: Marca personal es lo que vendes, reputación es lo que te compran, profesionalidad es lo que demuestras.

Muchas personas se sienten ‘huérfanas profesionales’ cuando no pueden presentarse citando una empresa en la que o con la que trabajen porque se encuentren en desempleo o sean freelances que comienzan. Esa forma de ansiedad en formato 'inseguridad' se soluciona creando una marca personal, se trabaje por cuenta ajena o propia. En tiempos líquidos como estos, lo importante es qué ofreces y con qué calidad, independientemente de quiénes son tus clientes y si estos te pagan un salario o unos honorarios.

La reputación genera oportunidades, la profesionalidad las aprovecha. La profesionalidad no siempre es fácil mostrarla y demostrarla siempre en el contexto, canal o momento en que se requiere, así que es importante ocuparse también de generar una identidad digital. Andar con paso firme y valiente es más fácil cuando tú controlas en parte la percepción que los demás tienen de ti.

5. Networking. No son las empresas las que contratan personas, son las personas quienes contratan personas.

El principal generador de ansiedad son los contextos sociales profesionales. Las redes sociales han generado una cultura de las relaciones abierta, horizontal y de accesibilidad. Puedes llegar hasta la persona que decidas a golpe de ratón o de contacto gracias a Linkedin, Twitter o Facebook. Los recursos ya están disponibles, ahora tienes que atreverte a usarlos. Un sencillo modelo de networking en cuatro pasos ayuda a las personas con menos habilidades sociales:

  • Aprecia. El elogio es bueno, un elogio específico es la hostia. Si quieres ser uno más, deja un convencional 'me gusta' en la página de Facebook o un impersonal 'interesante post' en el blog de los profesionales con los que quieres relacionarte. Si quieres ser conocido y reconocido, lee, analiza, profundiza, arriesga, elabora y comenta en los sitios de las personas que valoras y que quieres que te valoren. Demuestra que te gustan, pero de verdad.
  • Preséntate. Di quién eres antes de que lo piensen: 'no soy el mejor, soy el adecuado'.
  • Ofrece. Da algo que sabes, da algo que haces.
  • Pide. No pidas ayuda, pide consejo.

La valentía no es una épica, interpretar cada uno de tus intentos o esfuerzos como momentos únicos o transcendentales solo te acarreará más ansiedad. La valentía es un estilo, es naturalidad, es práctica y aceptación de que las cosas buenas se alcanzan con tiempo, preparación y dedicación. Y si es con un poco de humor, mucho mejor.

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