miércoles, 16 de junio de 2010
Pensar es gratis
Más del 70 por ciento de nuestro cuerpo es agua, pero en nuestra cúspide tenemos una masa blanquecina y gelatinosa cuyo peso aproximado es de 1.300 gramos y a la que la sabia naturaleza decidió proteger con una hermética y durísima caja, una especie de búnker óseo. Estamos hablando de la más fascinante y poderosa máquina del universo: el cerebro humano.
A diferencia del resto de animales que desde su origen no han evolucionado del mismo modo desde su estado primitivo, el actual imparable desarrollo científico, tecnológico y material, así como la inmensa oferta de conocimientos, creencias y filosofías que nos envuelven, tienen su único origen en la más fascinante capacidad del cerebro humano: la de pensar.
Pensar es nuestra energía suprema, y nuestros pensamientos, ajustados a cada circunstancia, son determinantes en la conducción de nuestras vidas. Sin pensar seriamos simples vegetales; sin tratar de utilizar un mínimo de nuestra calidad pensante, seriamos puros animales.
En un mundo en que el dinero es el instrumento más poderoso para poseer y disponer, en el que prácticamente todo tiene un precio y por todo hay que pagar, la capacidad que todo lo decide, dirige y conduce, el poder de pensar, es un don natural. Todos lo poseemos y, como todo lo que procede de la naturaleza, en su origen no cuesta absolutamente nada: es gratis.
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