viernes, 14 de enero de 2011

Descubre el Somontano: Iglesia de los Padres Escolapios en Barbastro

Iglesia de los Padres Escolapios en Barbastro (Somontano, Huesca, Aragón, España)

La iglesia de los Padres Escolapios de Barbastro es un espacio digno para ser visitado detenidamente y pausadamente tanto por el turismo como por los propios barbastrenses y habitantes de la Comarca del Somontano. Se caracterizan por una sobriedad exterior propia de las iglesias del siglo XVIII, que no se traduce en el interior, donde la decoración adquiere un despliegue de formas y colores, convirtiendo este espacio en algo parecido a un museo.

Se construyó entre los años 1724 y 1727, siendo obra del maestro barbastrense José Pano. Responde a la tipología jesuítica, difundida por toda Europa a partir del modelo de la Iglesia de Il Gesú de Roma: planta de cruz latina, cúpula sobre crucero y una nave longitudinal de gran altura a la que abren capillas para el culto privado, comunicadas entre los contrafuertes. Capiteles, pilastras adosadas, molduras y cornisas, remiten al lenguaje decorativo del barroco más clasicista. Sobre la cornisa, se alinean unas tribunas y el coro. Está dedicada en su origen a San Lorenzo. Durante la guerra civil, los altares y dependencias, fueron destruidos.

El Altar Mayor actual, es obra de los Hermanos Albareda. En este retablo mayor, la imagen central es, la de San José de Calasanz. Igualmente, están las imágenes de San Lorenzo, Santo Tomás y Santa Teresa. Y al­gunas otras pinturas muy interesantes.

El altar del Sagrado Corazón de Jesús, de estilo moderno, el primero al lado izquierdo mirando hacia la entrada, tiene en un lado una talla de San José obra de Enrique Monjó, cuyo estilo se basa en los tallistas castellanos del siglo XVII y en las escuelas italiana y francesa del género religioso. De este mis­mo autor son, el Santo Cristo de los Milagros y la Dormición de la Virgen, que se pueden encontrar en la Catedral de Barbastro.

El altar de San Antonio de Padua es un altar sencillo. El siguiente altar, dedicado a la Virgen del Carmen y las benditas Almas del Purgatorio es de estilo barroco. Esta capilla, está enriquecida con óleos del también barbastrense Francis­co Zueras que representan a San Antonio y a San Pompilio. De este mismo artista se conserva en la Capilla del Seminario la Apoteosis de la Virgen.

La capilla siguiente, alberga el Santo Cristo de la Agonía, adquirida en 1945 y obra del escultor zaragozano Bretón, también autor de otros pasos de la Semana Santa de Barbastro. En 1987 la cofradía encargo a Manuel Blanco la restauración de la talla que se encontraba en un estado de visible deterioro.

En el otro lado de la Iglesia, la primera capilla, está dedicada a Santa Gema Galgani en un altar dorado, procedente de Jaca. La capilla adjunta está dedicada a la Virgen del Pilar. Este altar, procede, así mismo, de Jaca. Junto a la Virgen del Pilar, están las imágenes de Santo Tomás y Santo Domingo. La capilla de la Virgen de los Dolores, de tanta devoción en Barbastro en cuyo honor se celebra todos los años el famoso Septenario y que ha inspirado unas páginas musicales extraordinarias, como el 'Stabat Mater' y la popular 'Salve de Carreras', es de autor desconocido.

Y finalmente, el altar de la Inmaculada, precioso retablo, igualmente de Jaca, de estilo barroco algo moderado, con imágenes de San Joaquín, Santa Ana y San José.

La bóveda de la Iglesia fue pintada por Francisco Zueras, representando pa­sajes de la vida de San José de Calasanz. Pintura al óleo sobre lienzo y fijada después en la misma. También de este artista, son los símbolos de los cuatro evangelistas de la cúpula y el Escudo de la Orden. Finalmente es necesario destacar las vidrieras de los ventanales, que representan temas de la historia Escolapia; una de ellas, dedicada a aquel niño prodigio de virtudes Juanito Ranzón, uno de los primeros alumnos del Colegio, y muerto en olor de santidad, citado por Saturnino López Novoa en su libro 'Historia de Barbastro'.

En los muros que dan a la calle Argensola puede verse un tosco escudo; recuerda que la ciudad de Barbastro donó este terreno (en el pasado una calle) para erigir allí la iglesia.

En esta iglesia tienen su sede dos cofradías importantes de Barbastro, que conforman una hermandad. La cofradía del Santo Cristo de la Agonía, canónicamente erigida el 23 de Marzo de 1949, y sucesora de la antigua cofradía de la Agonía establecida en esta misma iglesia. En ella figuran los faroles de las siete palabras. Y la cofradía de la Virgen de los Dolores, canónicamente fundada el 8 de Julio de 1815. Salen en procesión durante la Semana Santa con sus respectivos pasos: el del Santo Cristo de la Agonía, y el de Nuestra Señora de los Dolores, este último fue el primer paso que se recuperó después de la Guerra Civil debido a la gran devoción a la Virgen de los Dolores. La celebración anual del Septenario de los Dolores, organizado por esta cofradía, constituye un importante acto de culto popular a la Virgen.


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jueves, 13 de enero de 2011

Descubre el Somontano: Plaza de la Constitución en Barbastro

Plaza de la Constitución en Barbastro (Somontano, Huesca, Aragón, España)

La Plaza de la Constitución está formada por el edificio del Ayuntamiento, la Casa de las Hermanitas de la Caridad y el Colegio de los Escolapios, primero de los fundado en España, por el propio San José de Calasanz. Se trata de una plaza aparentemente moderna, que desde el punto de vista del turismo libre, alberga edificios notables más por su historia que por su arquitectura.

Presidiendo la plaza se encuentra el Ayuntamiento. La primera Casa Consistorial fue construida a finales del siglo XV bajo las órdenes del alarife moro Farag de Gali, zaragozano, maestro de obras del rey Fernando El Católico. El edificio actual, remozado y fruto de la profunda transformación que sufrió hacia 1950, denota clara estirpe aragonesa, destacando su pequeño alero, los ventanales abiertos en el piso superior y el balcón de regia forja que abre a la planta noble. El salón de plenos conserva parte de la decoración original.

El Palacio Municipal guarda en una de sus plantas un valioso archivo histórico que contiene una copiosa documentación que se agrupa en 1.077 legajos. El documento más antiguo corresponde al siglo XII y es el privilegio del rey Alfonso I, confirmando el fuero de Barbastro, dado en Salas en agosto del año 1115.

En el lateral izquierdo se alza la Casa de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, orden fundada en Barbastro en 1873 por Santa Teresa Jornet y por el canónigo e historiador de la ciudad, Saturnino López Novoa. En origen, en el lugar que ocupa este edificio estuvo la casa solariega de la familia Pueyo. Más tarde fue la sede del 'Casino de La Amistad', uno de los dos que en el siglo XIX tuvo Barbastro. Finalmente, aquel edificio hoy desaparecido, acogería la primera casa de Hermanitas. El aspecto actual responde a la reconstrucción total que se realizó en los años setenta, para acondicionarlo a las necesidades exigidas en el desarrollo de la labor de residencia de ancianos.

Completa, cerrando la plaza, el Colegio de los Padres Escolapios, quienes llegaron a Barbastro, procedentes de la Provincia escolapia de Cerdeña, en el año 1677 a petición del Concejo y el Cabildo eclesiástico, para fundar el colegio, siendo el primero que tuvieron los Escolapios en España. Hay que recordar que su fundador, San José de Calasanz, tuvo vínculos en su juventud con nuestra ciudad. Recién ordenado sacerdote, el obispo de Barbastro lo eligió como secretario y en su Palacio Episcopal dio clases a los pajes. Todo ello ocurría unos veinte años antes de que creara en Roma la primera escuela pública, popular y gratuita del mundo.

En un principio las 'Escuelas Pías' se instalaron en la parte alta de la ciudad, en las cercanías de 'la Peñeta', en la Barbacana. Posteriormente, diversas circunstancias dieron lugar a una ausencia momentánea. En el año 1721 volvió a inaugurarse un nuevo colegio y las clases se han continuado de forma prácticamente ininterrumpida hasta nuestros días, con la excepción de los años de la guerra civil en los que el centro quedó convertido en cárcel.

En el año 1779 se diseñó la actual iglesia del colegio, pasando a ser uno de los elementos más destacados de todo su conjunto. Se trata de un buen ejemplo del barroco clasicista de la primera mitad del XVIII, presenta una planta propia de las iglesias contrarreformistas. De tipología jesuítica, con planta de cruz latina, cúpula sobre crucero y nave longitudinal a la que abren capillas, sobre las que se sitúan las tribunas. Capiteles, pilastras, molduras y cornisas, remiten al lenguaje decorativo del barroco más clasicista. Es obra del barbastrense José Pano. Destacan la talla del Cristo crucificado de Bretón y la pintura mural del también barbastrense Francisco Zueras en la decoración de las bóvedas.

En los muros que dan a la calle Argensola puede verse un tosco escudo recordando que la Ciudad de Barbastro donó este terreno (en el pasado una calle) para erigir allí la iglesia.

Los años 1953, 1983 y 1995 ven sucesivas reformas en el edificio del colegio. Hoy en día el Centro acoge a 300 alumnos de Barbastro y de la Comarca del Somontano, distribuidos entre Educación Infantil, Primaria y E.S.O.

De entre los miles de alumnos que han pasado por sus aulas, por su relevancia pública, destacaríamos a Pascual Madoz (autor del Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus Posesiones de Ultramar), Mariano de Pano (patriarca de las letras aragonesas), Andrés Martínez Vargas (padre de la pediatría española), Javier Delgado Barrio (Presidente del Consejo del Poder Judicial), Luis Cosculluela Montaner (Ministro de Administración Territorial), San Josemaría Escrivá de Balaguer (fundador del Opus Dei) y el beato José Mañanet (fundador de la Congregación de la Sagrada Familia).

La plaza en sí también ha sido reformada en los años sesenta, cuando se sustituyó el suelo apisonado y los plataneros de sombra que había por los parterres actuales. Es curioso apreciar que los tres edificios forman un conjunto que es casi igual al Palacio cercano de los Argensola, del siglo XVI, mostrando la intemporalidad del estilo aragonés.


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martes, 11 de enero de 2011

Descubre el Somontano: Paseo del Coso de Barbastro

Paseo del Coso de Barbastro (Somontano, Huesca, Aragón, España)

Todas las localidades, desde ciudades grandes a pueblos pequeños, tienen un epicentro donde se desarrollan los acontecimientos más importantes. En Barbastro ese espacio podría se el Paseo del Coso, termino que según el diccionario de la Real Academia de la Lengua, viene a referirse a una calle principal en algunas poblaciones. Se trata de un paseo con enormes plataneros, ubicado en el centro de la ciudad, muy cerca de la estación de autobuses, del barrio del Entremuro, de la Catedral y del Palacio Episcopal, del edificio del Ayuntamiento, de la Plaza de Toros, de toda la zona de ocio nocturno, y de otros lugares de interés para realizar turismo libre.

Es un testigo histórico de encuentros, paseos, celebraciones, tertulias, aperitivos, manifestaciones,..., y por tanto, lugar casi obligado para cualquier evento, desfile o cabalgata que se celebre en Barbastro, desde las procesiones de Semana Santa a las Fiestas Mayores de Septiembre, pasando por otros acontecimientos, como la Feria de La Candelera.


Uno de los actos más populares y coloridos de las Fiestas Mayores es el Coso Blanco, que se celebra en la tarde-noche de cada 4 de Septiembre. Donde el énfasis del color, la música y el jolgorio se adueñan por unos instantes de este espacio. Se muestran las diversas creaciones artísticas que en forma de carrozas dan tres vueltas al paseo en una batalla de bolas de confeti y serpentinas. Toman parte en él las Damas mayores y menores de las fiestas, comparsas y numeroso público que se agolpa para participar. El resultado es muy vistoso ya que suele acudir mucha gente y nadie escatima a la hora de tener munición con la que bombardear al contrincante, tampoco se quedan cortos los integrantes de las peñas que desfilando en la cabalgata responden a sus 'adversarios'. Se trata de un espectáculo indicado tanto para niños, como para mayores, nostálgicos, para el que se quiera divertir, o para el que esté triste. Es imprescindible asistir a este evento si te acercas a las fiestas de la capital de la Comarca del Somontano.

El Coso está solitario con el mal tiempo pero se llenan las terrazas de los bares en verano. Es, seguramente, uno de los sitios más fotografiados de la ciudad, ya que en él se reflejan perfectamente los pasos de las estaciones: la caída de las hojas en otoño, alguna ocasional tenue nevada en invierno, el verdor de la primavera y el ajetreo del verano, ya que El Coso es un sitio tradicional de tapeo, donde los barbastrenses y visitantes se sientan no sólo los sábados, domingos o festivos, sino cualquier día para ver pasar la vida mientras beben una caña o una copita del buen vino del Somontano, con unas buenas tapas. Y es que el que no está sentado, pasea tranquilamente con su familia o amigos, hasta llegar a los Jardinetes, junto a la estación de autobuses.

En 1914 se publicaba 'Juventud', semanario literario publicado por un grupo de jóvenes barbastrenses encabezados por Manuel Samitier Colomer que salía a la calle los viernes, tenía sus oficinas en el Paseo del Coso número 30, y se imprimía en la imprenta Corrales, como curiosidad tenía que la cabecera se situaba en la última página; en el número 74, del 24 de Junio de 1915, encontramos un curioso anuncio de una 'Escuela Militar particular barbastrense dirigida por los capitanes Manuel Jiménez y Emilio Dórrego, donde los reclutas de cuota pueden adquirir rápidamente su más completa instrucción militar'.

Seguimos con 'Alto Aragón', semanario independiente que se publicaba los jueves, aparecido en 1934 y fue dirigido por Andrés Bonilla, profesor del Instituto de segunda enseñanza de Barbastro e impreso en la Imprenta Viuda de Corrales, la administración y redacción estaba en el Paseo del Coso número 22, y su coste era de 15 céntimos de peseta. Destacaba el interés que demostró este periódico por las colonias escolares que bajo la dirección de los maestros Don José Bonet y Doña Basilia propiciaron que muchos niños barbastrenses veranearan en las playas de Torredembarra (Tarragona) entre 1934 y 1935.

Este es uno de los espacios públicos que más ha cambiado de nombre a lo largo de su historia, aunque popularmente ha sido conocido como 'Barranco Hondo'; hay constancia que entre el periodo comprendido entre la Revolución de 1868 y la Restauración se le denominaba 'Salón de la Democracia'; posteriormente, hasta 1936, mantenía el mismo nombre actual de 'Paseo del Coso'; durante los años 1937 y 1938, con el gobierno del Frente Popular, se le rebautizó con el nombre de 'Paseo Carlos de Sirval'; durante el franquismo, entre 1939 y 1975, el nombre oficial pasó a ser el de 'Paseo del Generalísimo Franco'; para recuperar su actual nombre tras la vuelta de la democracia.

Tras el saneamiento de tuberías y colectores se ha realizado una reforma que supone una reurbanización de este espacio tan emblemático de Barbastro. Se ha conservado básicamente el Paseo anterior aunque con algunos cambios importantes como la eliminación de las barandillas, la colocación de escaleras a ambos lados y dos rampas, y la peatonalización del lado de los números pares, así como del enlace con la Plaza Aragón, zona conocida popularmente como 'los jardinetes'. Esta reforma ha provocado cambios en la circulación en el enlace del Paseo con la Plaza Aragón. La altura de El Coso sigue siendo la misma, y entre los materiales de construcción se ha optado por piedras de diversas características para el acerado y para el pavimento del paseo central. Además se ha reformado el mobiliario y la iluminación. El nuevo concepto para este espacio es 'permeabilizarlo' y convertirlo en un espacio 'semipeatonal', con varios pasos de cebra, imitando el modelo de rambla, e interconectado con zonas anexas como la plazoleta de San Ramón, la entrada a la Catedral, la plaza Aragón y la calle Academia Cerbuna. Las aceras también se han ampliado.


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lunes, 10 de enero de 2011

Descubre el Somontano: Calle Las Fuentes, de Barbastro

Calle Las Fuentes, de Barbastro (Somontano, Huesca, Aragón, España)

La calle de Las Fuentes recibe este nombre popular por las tres importantes fuentes que se encontraban en ella, junto al río Vero, y que servían de suministro público de agua, entonces potable, para los habitantes del Arrabal. A consecuencia de la proliferación de granjas y sus filtraciones, además de productos tóxicos como insecticidas, herbicidas,... se declararon contaminadas hace unos años por lo que la gente dejó de acudir ante los carteles amenazantes de 'No beber, agua no potable'.

Junto a la Fuente de la plaza de San Francisco, se encuentran la del Azud y la del Vivero (que quiere decir hija del Vero), y que habían desaparecido con las obras de canalización del río a finales de la década de los años 60. Debido a las protestas de los barbastrenses fue desenterrada la fuente del Azud y parte de sus piedras guardadas en el antiguo Hospital de San Julián. La antigua fuente del Azud contaba con un precioso escudo de nuestra ciudad, franqueado por dos piezas elaboradas como un encaje encima de cinco pequeñas capillas de filigrana y debajo los cuatro chorros de su fresca agua, se cree que se construyo entre el siglo XV y el XVI.

El agua es sinónimo indiscutible de vida. Barbastro, al igual que otras localidades, se desarrolló a la vera de manantiales y de un río. Aguas cómplices de baños en las fiestas de San Juan, de llenar botijos de barro en el agua que brota por los caminos, de conversaciones de lavanderas a la orilla del Vero, o muy frecuentadas por los barbastrenses en sus paseos familiares, donde se merendaba y los críos se divertían jugando. Así surgirían de la mano de los árabes las primeras fuentes, azudes, baños y acequias cuyos trazados regaban aquellas huertas y movían molinos con más vigor que cualquier combustible.

Siempre ha tenido la consideración de la calle de los labradores en Barbastro, y ahora, tras las reformas y reurbanización del entorno y de las márgenes de la ribera del río, es un sitio muy bonito e ideal para pasear, embellecido por el conjunto de viviendas cuyas fachadas aportan un marco muy colorido; aunque nada de esto esté reflejado en ningún catálogo para el turismo de la ciudad.

En ella, además de las Fuentes, donde las mujeres iban a lavarse la cara en la Noche de San Juan, podemos ver diversos elementos provenientes del antiguo molino, El Moliné, ubicado en la confluencia de esta calle con las calles Calvario, Los Cubos y la Plaza del Guisar. Barbastro siempre ha tenido una honda tradición aceitera, como toda la Comarca del Somontano, y testimonio de ello son una muela cilíndrica, hoy inmóvil en su solera, y junto a ella, una monumental prensa de libra procedente de Puy de Cinca.

La prensa de Libra es un mecanismo hecho todo de madera, cuya envergadura, se aproximaba a los 15 m. A medida que los operarios hacían girar el husillo, el quintal de piedra, de unos 3.000 kg., quedaba suspendido en la cola de la viga, ejerciendo una presión progresiva y lenta sobre los capachos, situados al otro extremo sobre una solera circular de piedra llamada regafia. Tras el primer prensado, el aceite que se vertía era conducido por un canalillo hacia las pilas de decantación. Para extraer el que todavía quedaba en el orujo, se escaldaba la pasta con agua hirviendo, y se hacía una segunda y hasta una tercera presión.

En septiembre de 1844, el escritor romántico José María Quadrado y el litógrafo Francisco Javier Parcerisa emprenden juntos un viaje de más de seis meses por Aragón para recorrer los principales monumentos artísticos de nuestra región y deleitarse con nuestros parajes naturales. De este viaje resulta un tomo dedicado a Aragón, dentro de la obra 'Recuerdos y Bellezas de España', y donde destaca curiosamente la descripción con admiración que realiza de nuestra Calle de las Fuentes comparándola con calles de Venecia.

El edificio más notable de la calle está situado en el número 14, es el convento de las religiosas Siervas de María, Ministras de los enfermos. Hay pocos datos relacionados con la fundación del convento, pues los archivos fueron quemados en 1936 durante la Guerra Civil española. Se sabe que el 31 de Octubre de 1889, vinieron cuatro Hermanas a Barbastro y quedaron instaladas en la entremurana Calle de la Seo. Tres Sacerdotes, D. José Trucharte, D. José Laplana y D. Lorenzo Lario, en aquel tiempo Deán, Doctoral y Magistral de la Catedral de Barbastro respectivamente, solicitaron la Fundación y pusieron los medios para hacerla posible. Las Hermanas, residieron en la Calle La Seo durante seis años y se trasladaron en 1895 a la Calle de las Fuentes, donde actualmente viven, cuando aún estaba el nuevo edificio sin terminar. Esta Casa fue reformada totalmente hace pocos años y definiti­vamente inaugurada el 19 de Octubre de 1984.

En las proximidades de la calle, y detrás de la Iglesia de San Francisco, en la plaza de San Antón, o de San Antonio, y ubicados en el patio de una casa, se han conservado unos baños musulmanes de época califal, del siglo X, en una sala abovedada con medio cañón en la que las bocas de varios leones sirven de manantial para el agua.


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viernes, 7 de enero de 2011

Descubre el Somontano: Barbastro, Ciudad de Ferias

Barbastro ciudad de ferias (Somontano, Huesca, Aragón, España)

Las ferias y mercados como fenómeno económico y social han tenido una importancia capital en el desarrollo de las comarcas y ciudades de Aragón. Las ferias solían celebrarse en los momentos en los que los vecinos disponían de dinero efectivo como consecuencia de la venta de las cosechas, o del ganado, por lo que era el momento de hacer las compras mas importantes del año, como, por ejemplo, ropa, utensilios de toda clase e incluso los juguetes a los niños. Coincidiendo con las ferias solían celebrarse actos de carácter lúdico tales como festejos taurinos o funciones teatrales, con objeto de atraer a la mayor cantidad de público posible.

Históricamente Barbastro es una ciudad de ferias, y así se atestigua desde el 24 de junio de 1361 cuando el rey Pedro IV el Ceremonioso concedió Privilegio, que otorgaba a la ciudad permiso para la realización de la Feria de San Bartolomé que comenzaba quince días antes de la celebración del santo y continuaba quince días después. El 3 de noviembre de 1.371, en la Villa de Caspe, el rey Pedro IV otorgó otro Privilegio para celebrar una feria que durase quince días y que comenzaba el día de Nuestra Señora Santa María de Agosto. También concedió el rey Carlos II, en las Cortes Generales de Zaragoza de 1.678, un Privilegio para celebrar feria-mercado el día 1º y 15 de cada mes, sin que se extendiese a otros. Por otro lado, la feria de Santo Tomás Apóstol se venía celebrando desde tiempo inmemorial. También por el estudio de un documento del año 1.732 depositado en el Archivo Municipal es sabido de la celebración de la feria de San Marcos Evangelista, que había sido concedida por Privilegio del rey Don Alonso de Aragón y que duraba siete días antes de la festividad del santo y siete después. Sin embargo, este tradicional aspecto ferial donde queda más patente es con la Feria de la Candelera, que año tras año desde 1512, y hasta nuestros días, se ha celebrado puntualmente cada 2 de febrero.

Los segundos sábados de cada mes, se celebra en la Plaza del Mercado un mercadillo de coleccionistas. Donde es posible encontrar varios puestos con tebeos antiguos, chapas, llaveros, postales, además de objetos más relacionados con las antiguedades que con el coleccionismo propiamente dicho. Es un evento para ir con tiempo, tomárselo con calma y buscar alguna pieza en la que se tenga especial interés.

Hoy en día la Institución Ferial de Barbastro (I.F.B.), con una consolidada experiencia en la organización de certámenes monográficos y profesionales, ofrece numerosos certámenes anuales que dinamizan la actividad empresarial de la ciudad y de la Comarca del Somontano. La Institución Ferial celebra en el 2011 el cincuenta aniversario de su actividad ferial. La organización de ferias comerciales se inició en los años sesenta para continuar ininterrumpidamente hasta la actualidad.

La clave del éxito, de la segunda Institución Ferial en Aragón y primera en la provincia de Huesca, ha sido adaptarse a la sociedad y a los modelos económicos de cada momento. Para llegar a los momentos actuales es conveniente recordar que la tradición ferial de Barbastro tuvo varios momentos importantes: el traslado del recinto ferial a los actuales terrenos, la fundación en 1989 de la Institución Ferial y la construcción del pabellón cubierto. Actualmente el Centro de Congresos y Exposiciones completa las infraestructuras y también la posibilidad de organizar nuevos eventos.

La organización y los eventos feriales han tenido distintas épocas. La actividad ferial se inició en el año 1961 con la Feria de Maquinaria Agrícola y del Automóvil y Riquezas de la Comarca para pasar a denominarse posteriormente Femaarc y actualmente Ferma. La creación de la Institución Ferial, la puesta en marcha de otros certámenes y la Plataforma de Eventos Pirineos, que lidera Barbastro y en la que participan las Instituciones Feriales de Lérida, Saint Gaudens y Tarbes, son otros avances importantes en los últimos años.

Barbastro también actualmente es una ciudad de convenciones y congresos, que permite a sus asistentes combinar el progreso profesional con el disfrute del turismo en nuestra ciudad.


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miércoles, 5 de enero de 2011

Descubre el Somontano: Plaza de la Diputación en Barbastro

Plaza de la Diputación en Barbastro. Plaza de la Diputación en Barbastro

La actual Plaza de la Diputación en Barbastro tenía antiguamente la denominación de “Plaza del Matadero”, y este sigue siendo actualmente el modo coloquial de referirse a ella entre los barbastrenses. Este tradicional nombre es debido a que durante años se encontró allí el matadero municipal de la ciudad.

Esta plaza ha ido sufriendo a lo largo de su historia varias remodelaciones, la última de ellas, y que le ha dado su aspecto actual, fue dirigida en 1999 por el arquitecto Heliodoro Dols, quien junto a Javier Domingo, obtuvieron el primer premio del concurso, consiguiendo un espacio tranquilo y agradable, donde es posible disfrutar de su vida cotidiana contemplando el devenir desde alguna de las terrazas dispuestas para el consumo de bebidas y tapas. Además es lugar de celebración de conciertos y eventos tanto para las fiestas, como otras actuaciones culturales, donde acuden vecinos de la ciudad y de toda la Comarca del Somontano. Es lugar destacado en la celebración de la Feria de la Candelera llenándose por completo de puestos de comerciantes que ofrecen sus mejores artículos.

Para quienes realizan turismo por la ciudad, sirve además como nexo de unión entre varias calles: observando hacia el lado izquierdo de la plaza, desde aquí se puede acceder al paseo fluvial alrededor del río Vero y su entorno de la Calle Las Fuentes, o acceder al conjunto de la Plaza de San Francisco, donde destaca la iglesia de su mismo nombre; si tomamos la Calle Argensola podemos dirigirnos hacia la Casa de la Cultura (antiguo Palacio de los Argensola) y Plaza del Mercado. Si nos fijamos en la lado derecho de la plaza, encontramos la confluencia de tres vías importantes de Barbastro: La Avenida de los Pirineos, la Calle Corona de Aragón y la Calle General Ricardos.

Existen datos documentados que en esta plaza se realizaba el comercio de hielo y nieve, cuando en Barbastro, y gracias al pozo de hielo, se ejercía una importante actividad comercial en relación con el único elemento frío que existía para la conservación de alimentos.

En agosto de 1729 se produjo una intervención por parte del Ayuntamiento, que había recibido quejas sobre la carne que se estaba vendiendo en las tablas alegando 'que no era de ley'. Como el suministro de carne a la ciudad era un monopolio municipal, el Ayuntamiento era parte interesada y responsable en este asunto, por lo que mandó avisar a los cortantes de las tablas de carne y a los médicos, para que informaran si 'era carne nociba a la salud'. De este mismo año es también el primer informe sanitario emitido por los médicos de la ciudad, en el que se referían a 'lo perjudicial que son a la salud pública los Puestos Comunes de las casas desde el Puente de San Francisco hasta el lado de la ciudad y los estercoleros que se hacen en la plaza del matadero'. Por otra parte, se hizo público un bando prohibiendo arrojar estiércol y hacer hornos de yeso en la plaza del Matadero, desde el puente del Portillo hasta San Juan, bajo pena de 60 sueldos (3 libras).

En marzo de 1943 el Ayuntamiento ofreció a Correos varias parcelas de terreno a elegir para la edificación de la nueva sede en Barbastro. En la visita a la ciudad del Jefe de Construcciones de la Dirección General de Correos y Telecomunicación, el lugar donde se decidió ubicar el edificio fue en esta plaza, entre la orilla del río y el antiguo Arco de San Francisco. Sin embargo, debido a las necesidades de ampliación, en 1955 se decidió el traslado de la oficina de Correos y Telégrafos a unos locales en la Estación de autobuses. Esta decisión no fue del gusto de algunos industriales de la ciudad que consideraban que los nuevos locales quedaban muy alejados del centro de Barbastro.

Como parte neurálgica de la ciudad, mantiene muchos comercios de antaño y establecimiento de hostelería, los cuales algunos han pasado de abuelos a padres, y de padres a hijos; otros han cambiado de ubicación; y los demás han ido desapareciendo para dejar sitio a otro tipo de establecimientos. Cabe señalar que, hacia 1795, cuando en Barbastro el comercio de chocolate era intenso, en esta plaza se encontraba uno de los comercios tradicionales de ultramarinos que regentaba Antonio Torrente, donde en su botiga además de vender género alimenticio, también tenía algo de quincalla como botones de ballena, de azabache o metal, alfileres y dedales. En el día de hoy no quedan restos de este comercio.

Una de las empresas tradicionales desde 1919 es la de la familia Aixéla, dedicada a la comercialización de fertilizantes, lubricantes y material para la construcción, cuyas oficinas y exposición se mantienen en esta plaza, pero cuyos almacenes han sido necesarios trasladar al polígono de la Cerámica para facilitar las labores de carga y descarga. Caso similar es el de otra empresa familiar, Ernesto Cancer, especializada en la comercialización de material de construcción, sanitarios y decoración, cuya presencia en la plaza a lo largo de tres generaciones ha obligado a ampliar sus instalaciones con la adquisición de espacio comercial en otras ubicaciones próximas, pero fuera de este entorno inicial.


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martes, 4 de enero de 2011

Descubre el Somontano: El Guiñote en el Somontano

El Guiñote en el Somontano (Huesca, Aragón, España)

El guiñote es un juego de naipes típico de Aragón, donde está considerado poco menos como el juego nacional, y muy popular en todas las localidades del Somontano. También se suele jugarse mucho en Navarra, en Castellón y parte de Castilla, y sobre todo en aquellas ciudades donde hay, al menos, un centro aragonés. Se juega con baraja española de 40 cartas. No es un juego para ganar dinero, ya que su dinámica resulta lenta; pero si que puede ser la mejor forma de pasar muchos ratos de ocio, o el entretenimiento para combatir al pesimismo o la depresión. Es en fin, un buen cauce para alternar, conocer y entender a los demás.

Con el guiñote se juega uno el 'gasto', o lo que es lo mismo, la consumición que se hace en el bar: un café, un vino, una copa o algo similar. En ocasiones excepcionales, y sobretodo cuando hay parejas de mucha categoría picadas, un desafío puede llevar a jugarse una merienda para los jugadores y espectadores, que da lugar a una buena juerga, a una fiesta compartida que enriquece la propia convivencia de los integrantes.

Antiguamente, se llamaba bresca real (brisca). Su actual denominación tiene origen en los guiños que en la bresca real se hacían los compañeros de juego. Las voces altoaragonesas guiñá, guiñada y guiñotada, usadas hace un siglo en el argot de la brisca aragonesa, completan su etimología. También se llamaba «tute aragonés» por la similitud con el tute en algunos lances, tanteo y valor de las cartas.


En el guiñote, en todos los palos, el orden de las cartas, de mayor a menor valor, es el siguiente: as (11 tantos), tres (10 tantos), rey (4 tantos), sota (3 tantos), caballo (2 tantos), siete, seis, cinco, cuatro y dos. Difiere de los juegos originarios en que la sota vale aquí un tanto más que el caballo, y que los cantes (acuses) se forman con reyes y sotas, en vez de reyes y caballos, como en el tute.

Puede jugarse individualmente entre dos jugadores, partida de 'mano a mano'; pero lo típico y tradicional es el juego de parejas, en cotos de tres o cinco partidas. Por regla general, la pareja vencedora del coto, concede la remincha (forma de llamar a la revancha en la Comarca del Somontano) o desquite en otras zonas, con un matiz de cortesía y continuidad lúdica. Sin embargo, en el 'guiñote arrastráu', que se puede jugar entre tres, cuatro o cinco personas, siguiendo las reglas del tute arrastrado, la individualidad del jugador matiza situaciones de suerte y ganancia.

En el guiñote por parejas, son interesantes las formas casi rituales de barajar las cartas, emparejar jugadores, la suerte de dada, la salida, los cantes y los arrastres, situaciones todas muy ricas en el léxico aragonés. El jugador que ha de repartirlas, tras haber barajado bien las cartas, las ofrece al de la izquierda para que haga uno o varios cortes, y las distribuye a continuación, seis cartas a cada jugador, de tres en tres, siguiendo el orden de derecha a izquierda, y descubriendo finalmente la que señala el palo de triunfo, sobre la que deposita cruzado y oculto el montón.

Inicia el juego el jugador situado a la derecha del repartidor, jugando una carta; juegan los demás la suya en el orden de rotación indicado, procurando el descarte para cuando llegue la suerte del arrastre, en que es obligado matar o servir; si se falla al palo, hay que echar triunfo, y en su defecto, una carta cualquiera.

Durante la partida, si una figura marca el triunfo, puede cambiarse por el siete del mismo palo, siempre y cuando el jugador o su pareja hayan hecho baza. Los buenos guiñoteros, que 'saben tenerlas', antes de hacer el cambio juegan la última baza, para intentar acumular puntos, cargando guiñote a su compañero, o simplemente buscan el descarte.

Para ganar la partida hay que hacer 101 tantos, al igual que en el tute. Si ninguno de los contrincantes consiguen ese tanteo, debe jugarse otra partida, llamada 'de vueltas', llevándose la cuenta de los tantos conseguidos en la anterior; cesa el juego cuando una de las partes alcanza esa puntuación.

Interesantes son las formas utilizadas en el recuento de las bazas, siempre en función del que ha hecho 'las últimas', que tácitamente tiene adquirido el derecho a contar primero. Esta suma ritual mental o en voz alta dice así: 'Diez últimas', como primer sumando, y después agrega los cantes y el valor de las figuras. Hasta 51 puntos, 50 serán 'malas' y 'una buena', que se cantará con más énfasis hasta contabilizar todas las 'bazas buenas', que nos darán partida cuando 'nos hayamos pasado' o hemos hecho 'cincuenta y una buenas'.

Si en la partida ha cantado 'las cuarenta' quien ha hecho las últimas, entonces se dice: 'Cuarenta y diez últimas, cincuenta', siendo todas las figuras conseguidas 'tantos buenos', y considerando como 'bazas buenas' todas las cartas ganadas. Cuando los dos adversarios consiguen pasar de 101 tantos, gana la partida quien hace las 'diez últimas', y además tiene el derecho de repartir para la nueva partida.

En función del juego, las suertes, el ambiente y el resultado, se han ido formulando populares refranes y dichos en el guiñote. Los cuales, a buen seguro, llamarán la atención de quienes haga turismo por estas tierras. Algunos de los más destacados podrían ser los siguientes:

  • 'Barajea bien, menéalas y da'. Se aconseja al que las da, para evitar triunfadas a una mano.
  • 'Carta en la mesa, pesa'.
  • 'A un guiñote, otro'. Cuando a una salida de carta alta se responde con otro guiñote.
  • 'Nunca mejor empleáu'. Cuando se han jugado dos ases consecutivos y el siguiente jugador tira el as de triunfo.
  • 'El tres muere en su oficio'. Cuando en el juego por parejas, hay un arrastre obligado. (Propio de Barbastro).
  • 'Si eres guiñotero, el triunfo p´al compañero'.
  • 'Con las cuarenta, tres y as, la partida ganarás'.
  • 'De mis veinte' o 'De mis cuarenta' cuando, tras el cante, se sale de una de estas figuras.
  • 'Los mirones, de mármol, y, si puede ser, picau'. (Propio de Barbastro)
  • 'Aquí yes tu tan preciso com´os perros en misa'. (Propio del Somontano)
  • 'Guiñotero y rondador, seguro trasnochador'. Ya que la partida de la noche, como la ronda, se sabe cuándo empieza, pero nunca cuándo termina.

Si se quiere profundizar en el conocimiento de este apasionante juego, se puede consultar el siguiente enlace sobre el Reglamento del guiñote.


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Artículo publicado y adaptado en audioguía en 'Descubre el Somontano de Barbastro -->'

lunes, 3 de enero de 2011

Descubre el Somontano: Feria de Artesanía de Naval

Feria de Artesanía en Naval (Somontano, Huesca, Aragón, España)

El origen de la Feria de Naval hay que buscarlo en la Edad Moderna, cuando en el siglo XVII a raíz de la Guerra de Secesión catalana (1640-1652), Felipe IV utiliza los bosques de Naval y sus hombres, así como carros para transportar los víveres que precisaba su ejercito para luchar contra el ejército francocatalán. Debido a esta guerra el Reino de España debía a la villa de Naval la cantidad de 20.354 reales y el Concejo decidió reclamar en compensación los privilegios necesarios para la realización de dos mercados y una feria para incentivar su actividad económica. La Corona en 1645 concedió la actual feria siempre que no coincidiera con las ferias que ya tenían lugar en Barbastro y Huesca.

Esta feria fue durante años punto de encuentro entre el llano y la montaña pero a mediados del siglo XX desapareció. En el año 2000 el Ayuntamiento decidió recuperar esta feria, y a día de hoy se ha consolidado como un referente ferial entre las gentes de la redolada, y se ha convertido en uno de los activos promocionales y de turismo de la villa salinera, a pesar de celebrarse en condiciones plenamente invernales.

En la última edición acudieron unos cuarenta y cuatro puestos a esta cita ferial, los cuales también disponen de espacio en el local social para el supuesto que la jornada no pudiese desarrollarse al aire libre debido a la inclemencia del tiempo. La habitual gran tronca y las brasas de la hoguera en el centro de la plaza Mayor sirve para caldear el ambiente y permitir el desarrollo de compras y encuentros entre los visitantes, vecinos del Somontano y de otras comarcas vecinas, como antaño.

La feria aglutina, entorno a la plaza Mayor y calles aledañas, a artesanos llegados de varios rincones de Aragón y Cataluña, pero en especial pequeños artesanos de la agroalimentación de la Comarca del Somontano que ven en esta feria una buena ocasión para la promoción de sus productos: quesos de las Almunias de Rodellar, membrillos y vinagres balsámicos de El Grado, vino y aceite de Barbastro, repostería y cerámica de Naval, licores, miel, embutidos, jamones, tortetas, textiles, útiles del hogar, … Además de la agroalimentación de dentro y fuera del Somontano, en la feria se dan cita artesanos de la madera, del textil, libros de viejo y antigüedades, juguetes, bisutería, complementos, ...

La visita a Naval es aprovechable para realizar un recorrido por sus calles, en la que destacan la iglesia-colegiata de Santa María, declarada monumento histórico-artístico, alfolíes o antiguos almacenes para almacenar sal. Los salinares de 'La Rolda' están entre las citas habituales de la localidad con el 'Camino de la Sal', recorrido didáctico por el entorno de Naval. Además, en este día, se abren las puertas del Centro de Interpretación de la alfarería con entrada libre, para conocer un oficio estrechamente ligado a la localidad.

Para ambientar la feria, un grupo de animación ofrece varios espectáculos de calle, mientras que los 'Dulzaineros del Somontano' ponen la nota musical, y el alfarero David Echebarría ofrece talleres de cerámica para los niños. A primera hora para combatir el frío, en algún puesto se ofrece un caldo para los asistentes, acompañado de jamón y vino. Pero el plato fuerte llega a la hora de comer, sobre las dos del mediodía, cuando las mujeres de Naval sirven cientos de cuencos de cerámica autóctona (que constituyen un sello de identidad de esta localidad), llenos con un guiso de caldereta de cerdo, pan y vino que hace las delicias de los asistentes. Para poder acceder a la degustación es preciso retirar previamente un ticket por el valor simbólico de unos tres euros.

Si el tiempo lo permite, la feria permanece abierta desde las 9 de la mañana hasta las primeras horas de la tarde.


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Artículo publicado y adaptado en audioguía en 'Descubre el Somontano de Barbastro -->'