jueves, 18 de noviembre de 2010

Dropbox y Fiabee: Aplicaciones gratuitas para cualquier empresa recién creada (VI)

Dropbox y Fiabee: Aplicaciones gratuitas para cualquier empresa recién creada (VI)

¿Estás pensando en crear una empresa, o quizás la acabas de emprender?. ¿No tienes mucho dinero para gastar en tecnología, pero necesitas tener el control desde el primer momento?. Con aplicaciones como Dropbox o Fiabee, todas gratuitas (permanentemente o para el uso que puede tener una pequeña empresa), tu empresa estará más avanzada tecnológicamente que el 80% de las empresas que ya están funcionando.

Dropbox es un sistema para compartir y sincronizar ficheros en internet de forma on-line entre distintos sistemas como Mac, Windows y Linux. Y todo ello de manera segura y fiable. El objetivo de Dropbox es crear una carpeta especial dentro del sistema operativo que 'vigila' el contenido que guardamos en ella, notificando al resto de ordenadores conectados a dicha carpeta de los cambios.

Tremendamente útil para compartir ficheros e información entre varias personas de un pequeño proyecto, hacer copias de seguridad automáticas, sincronizar ficheros y versiones entre distintos ordenadores (o entre un ordenador y un iPhone) o para elegir las mejores fotos de un viaje entre varios amigos distanciados geográficamente, por ejemplo. El uso del cliente para Mac es sencillo y muy efectivo: la carpeta Dropbox será añadida a la barra lateral del Finder, y un pequeño icono de notificación se nos instalará en la barra superior.

Tiene soporte para historial de revisiones, de forma que los archivos borrados de la carpeta de Dropbox pueden ser recuperados desde cualquiera de las computadoras sincronizadas. También permite conocer el historial de un archivo en el que se esté trabajando, posibilitando que una persona pueda editar y cargar los archivos sin peligro de que se puedan perder las versiones previas. El historial de los archivos está limitado a un período de 30 días (aunque la versión de pago ofrece historial ilimitado). Para conservar ancho de banda y tiempo, si un archivo en una carpeta Dropbox de un usuario es cambiado, Dropbox solo carga las partes del archivo que son cambiadas cuando se sincroniza.

Dropbox también utiliza Growl para las notificaciones de cambios, con lo que estaremos actualizados al segundo de cualquier actualización de nuestras carpetas compartidas. También es posible acceder a ellas mediante una interfaz web e incluso permitir el acceso desde cualquier navegador mediante una URL especial a dichos archivos.

Tanto el uso del sistema como la utilización del cliente de cada plataforma es totalmente gratuito, con 2GB de espacio máximo para cada cuenta, que es más que suficiente para cualquier empresa pequeña... Aunque si necesitamos más espacio, podemos contratar opciones de pago para mayor volumen de espacio.

Por otro lado, y de forma similar, pero con sede en España, existe otro servicio de cloud backup, se llama Fiabee, y mejora la apuesta de Dropbox ofreciendo espacio ilimitado más económico que la compañía estadounidense. Además (y es lo que más nos interesa), también cuenta con una versión gratuita de 2 GB que puede ampliarse hasta un total de 5 GB gratuitos si invitamos a cinco amigos.

Su funcionamiento también es muy simple. Fiabee sincroniza automáticamente todas las carpetas y archivos de la carpeta de nuestro disco duro que especifiquemos con el disco virtual vinculado a nuestra cuenta, haciendo que su contenido sea accesible desde donde quiera que nos encontremos y garantizándonos que estará a buen recaudo en caso de que ocurra alguna catástrofe. El servicio funciona mediante copias incrementales, lo que significa que tras finalizar la primera copia, Fiabee sólo subirá los archivos nuevos o aquellos que sean modificados, optimizando el uso de la conexión, y que utiliza un sistema de doble encriptación que asegura la total privacidad de nuestros datos. Y más importante aún, también soporta versiones almacenando las modificaciones de cada documento realizadas durante los últimos 12 meses, y proporcionando un sistema de búsqueda avanzada con respuesta instantánea y un asistente para su recuperación.

De momento solo está disponible (con el inconveniente de la necesidad de registrarse y crear una cuenta de usuario) para Windows XP, Vista y 7, así como una aplicación en la App Store con la que poder acceder a nuestros archivos desde el iPhone y enviárselos automáticamente a nuestros contactos sin necesidad de descargarlos. Por otro lado tienen anunciado que en breve darán soporte a Mac y Linux. Y entre sus planes futuros también se incluyen las plataformas móviles de Android y Nokia por lo que la interoperatividad será total.

Ambas opciones son una herramienta segura y fiable para guardas documentos de trabajo o personales, financieros, fiscales o de cualquier tipo no sólo en nuestro ordenador, y correr el riesgo de perderlos por ser irrecuperables, o porque nos supondría un gran esfuerzo recomponer dicha información de nuevo.

Artículos sobre otras aplicaciones gratuitas para cualquier empresa recién creada:


Artículo publicado en 'Economía más Social' -->

martes, 2 de noviembre de 2010

Descubre el Somontano: Iglesia de San Francisco de Asís en Barbastro

Iglesia de San Francisco de Asís en Barbastro (Somontano, Huesca, Aragón, España)

Esta iglesia toma su nombre del convento de la orden franciscana que allí se estableció en el siglo XIII. En los siglos XVI y XVII se transformó de iglesia medieval a otra más grande, heredando de la comunidad franciscana el templo con su altar para la Eucaristía, lugares para celebrar y la instalación de la pila bautismal, pero con el añadido de capillas como la de San Juan Bautista, costeada por la familia de los Claramunt, donde se custodia el paso del Santo Sepulcro, y donde destacan las pinturas murales de Rafael Pertús que decoran las bóvedas.

Después de la catedral, como obligada visita de turismo, es una de las iglesias más importante de Barbastro y sede de su parroquia que se constituyó en Mayo de 1902 bajo la guía de su primer párroco don Mariano Fumanal Linés, abordando la labor evangelizadora en el Arrabal de la ciudad y del barrio de San Joaquín y Santa Ana, así como del barrio de San Hipólito. También es sede de las Cofradías de Nuestro Padre Jesús Nazareno y del Santo Sepulcro y Nuestra Sra. de la Soledad.

Como dato curioso, la pila bautismal se estrenó con una niña llamada Catalina Josefa Tentú Latre, quien con el tiempo consagraría su vida a Dios y a los hermanos en la vida religiosa. Con fecha 23 de abril de 1904 recibirán su confirmación en la fe los primeros cristianos de la nueva comunidad, y el 3 de mayo de 1902 estrenarán la nueva parroquia con la celebración de su matrimonio los novios Marcos Opi Morcate y Antonia Colay Palacio. Muy pronto también, la alegría festiva de las celebraciones anteriores se tornará en luto con el primer funeral, el de la niña de 12 años, Feliciana Toda Salinas.

La devoción popular a los santos tuvo su mejor expresión con el establecimiento en la parroquia de la tercera orden franciscana seglar que mantenía el espíritu franciscano, en justo reconocimiento a San Francisco de Asís, titular de la parroquia. Otro de los santos, con un reconocimiento y devoción especial hasta nuestros días, es San Antonio Abad, con la correspondiente cofradía encargada de cuidar su altar y animar la celebración de la fiesta.

Esta vitalidad sufrirá un verdadero trauma, al igual que en otros lugares de la Comarca del Somontano, con el enfrentamiento de la guerra civil española de 1936. El equipamiento del templo, sus capillas e imágenes fueron destruidas y quemadas en las hogueras, y el propio recinto del templo fue utilizado como taller mecánico.

Finalizada la contienda española, la parroquia emprendió la restauración impulsada por los sacerdotes Don Elías Corvinos y Don David de Prada (impulsores de las cofradías penitenciales), Don Mariano Orús, empeñado en la rehabilitación del templo, Don Ramón José Jiménez y Don Enrique Calvera, comprometidos con el equipamiento de locales y viviendas en la nueva Casa Parroquial, ayudados por Don Pedro Escartín y Don Benjamín Plaza.

De entre las capillas destaca la dedicada al beato Ceferino, "El Pelé". Homenaje a la vida cristiana sencilla, entregada y fiel hasta rubricarla con el derramamiento de su sangre; alimentada en la tercera orden franciscana seglar a la que se inscribió a su llegada a Barbastro, fortalecida con su devoción a la eucaristía aumentada en la Adoración Nocturna y en su devoción a la Virgen con el rezo habitual del Rosario.

El consejo de pastoral de la parroquia decidió dedicarle un espacio en el templo, como lugar de devoción, recuperando una capilla tabicada en la restauración hecha al templo después de la guerra civil. Esta capilla se inauguró el 4 de mayo de 1998, en la que se encuentra una artística escultura, tallada en madera de caoba, obra del escultor Juan de Ávalos, ante un mural en el retablo con paisajes de Barbastro pintado por el artista local Sergio Alonso, joven pintor y feligrés de la parroquia. Completa el retablo una reproducción en arcilla policromada de la imagen de la Virgen gitana, Majarí Calí. Los recursos económicos para adecuar la capilla fueron aportados, en suscripción abierta, por feligreses, la diócesis, congregaciones, el ayuntamiento de la ciudad, el obispado, los sacerdotes italianos, don Mario Riboldi y don Luigi Peraboni (responsables y animadores de la acción evangelizadora de la comunidad gitana en Europa), la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y la Verónica y la propia parroquia. Cada 4 de mayo, peregrinos de todo el mundo se movilizan para acudir a esta capilla.

Otra de las capillas está dedicada a la Virgen de la Soledad, iniciativa llevada a cabo por la Cofradía del Santo Sepulcro y Nuestra Señora de la Soledad, aprobando en el año 2002 el proyecto del retablo en la antigua capilla situada frente a la puerta del templo, sufragada por una de las ramas de la familia Gracia entre los siglos XV y dieciséis XVI, en cuyo techo destacan los arcos apuntados y el escudo nobiliario.

En 2004 se realizaron las primeras obras de refuerzo de pared con estructura de hierro para colocar el retablo. En el año 2005 se presentó el estudio realizado por un cofrade con boceto a escala. En 2006, se encargó a José María Briansó el trabajo de talla en madera de pino de Flandes, adaptándose a los bocetos donde destacan orlas y signos propios de la Cofradía, tardando un año y medio en terminarlo. En la capilla de San Antonio de Padua se conserva la talla de la Virgen de la Amargura que es, también, obra del mismo autor. Las pinturas laterales del retablo son obra del barbastrense Amado Berdejo y representan escenas de la Virgen en el Descendimiento y Santo Sepulcro, según los modelos del Vía Crucis existente en la Parroquia. Las tareas de dorado del retablo comenzaron en junio de 2008 por parte de un grupo de trabajo formado por Dorita Castillón, María Cruz Lacambra y José Antonio Lacoma, quienes las finalizaron el 31 de marzo.

El retablo se distribuye en tres pisos y tres calles, entre los que están los escudos del Calvario, de los Franciscanos y la Corona de Espinas; en el centro hay una reproducción gráfica del Cristo yacente, flanqueada por los emblemas propios de la Cofradía; la parte central se dedica a la Virgen de la Soledad.

Información sobre horario de misas en este enlace.


Artículo publicado y adaptado en audioguía en 'Descubre el Somontano de Barbastro -->'

miércoles, 27 de octubre de 2010

Descubre el Somontano: Catedral de Barbastro (XIV): Torre Campanario

Torre Campanario de la Catedral de Barbastro (Somontano, Huesca, Aragón, España)

Situada exenta al templo y realizada con piedra sillar. Tiene planta hexagonal y se levanta sobre el antiguo minarete de la mezquita musulmana. Es una atalaya desde la que se domina toda la población y auténtico símbolo de la ciudad. Formada por tres cuerpos, los dos primeros de época medieval, el tercero realizado en el siglo XVII por Pedro de Ruesta que lo culminó con un antepecho en piedra. En el siglo XVIII se realizó el chapitel de ladrillo que lo remata. Tiene una altura de 50 metros.

La escalera, inicialmente helicoidal, desemboca en una especie de habitación. Y a partir de esta habitación se hace perimetral, ubicada al modo mudéjar entre los dos muros que constituyen las pieles del edificio, y con seis vanos abiertos con arcos de medio punto, tanto al exterior, para iluminación, como para el interior, como acceso a habitaciones ahora inexistentes.

Al llegar a la sala de campanas, ésta se ha convertido en una galería corrida hexagonal, que tiene por un lado la calle y por el otro el gran pozo central interior, protegidos ambos por sendas barandillas. En esta zona se encuentran las cuatro campanas litúrgicas.

El ascenso continúa, de manera perimetral, por una escalera de caracol, hasta llegar a una especie de plataforma desde donde se llega, a través de unas planchas de madera, al lugar donde se ubicaba el antiguo reloj mecánico, y más allá hasta la terraza de la torre.

Otro acceso interior permite llegar a la pequeña terraza donde se ubica tanto la campana de las horas como la sirena de la torre. Desde aquí puede que sea posible ascender por el interior de la aguja, puesto que hay diversos maderos cruzados y clavados a la estructura lígnea, de madera, del chapitel.

La torre, construida reutilizando edificios anteriores, tenía diversas salas, que probablemente fueron vivienda de los sirvientes del templo, y la sala de campanas tenía su correspondiente piso de modo que los campaneros podían repicar desde el centro de la estancia las diversas campanas, mediante un ingenioso sistema de cuerdas. Del mismo modo, para 'bandear' las campanas, es decir, para voltearlas a la manera aragonesa, había suficiente espacio tanto de trabajo como de seguridad para moverlas sin riesgo.

En 1366 las tropas del rey Pedro IV, comandadas por el mercenario Beltrán Duguesclin, tras conquistar la ciudad en la guerra contra Pedro I de Castilla, arremetieron contra 306 barbastrenses de aquel entonces, que refugiándose en la torre murieron calcinados. Es por ello que los muros de la parte interna del edificio, aún hoy, se encuentran totalmente ennegrecidos.

En 1610 el obispo Juan Moriz de Salazar (1604-1616) encargó al arquitecto Pedro de Ruesta su rehabilitación.

La destrucción de la guerra civil vació de campanas litúrgicas la torre, dejando la gótica de las horas, así como la de los cuartos, probablemente de similar factura, para los toques tanto del reloj como de alarmas y otros avisos.

De las destruidas durante la guerra, se tiene noticias documentadas de tres: las campanas Pascuala y Valera, fundidas en 1776 por los hermanos Novel (Ramón y Francisco) campaneros de Zaragoza, y la campana llamada de Maitines en 1777 por Francisco Marco y Ventura Manzana, campaneros de Tolva.

En 1941, los hermanos Menezo, de Meruelo, en la provincia de Santander, instalan, probablemente, un taller de fundición ambulante en Barbastro, desde el que funden varias campanas tanto para la Catedral como para diversos templos de la Comarca del Somontano. En esta Catedral hacen dos campanas: una de las pequeñas y la mayor, a la que se une una tercera del siglo XIX, procedente seguramente de los Servicios de Recuperación del Ejército Español. En 1954 se añade una cuarta campana, fundida por Salvador Manclús de Valencia, que a pesar de ser la menor de todas es la segunda de nota.

Por lo tanto, y resumiendo, actualmente en la sala de campanas podemos encontrar cuatro de ellas: la María de la Asunción de 1954, la Santa Bárbara de 1941, la campana de los muertos de 1817 y la Mayor, llamada Isabel, de 1941 y donada por la familia Cosculluela Montaner. Además en el chapitel podemos encontrar la campana de los cuartos y la Raimunda que toca las horas.

Con estas campanas, el campanero Pedro Salinas, y tras él su hijo Joaquín tocan las campanas durante lustros. A la temprana muerte de este último, le sucede su hermana Rosalía Salinas. Esta labor la continua Jose María Fierro, antiguo monaguillo de la Catedral, que había ayudado al padre de los Salinas, y que tenía gran afición por las campanas y sus toques. Tras la muerte del señor Fierro se mecanizan las campanas, instalando sendos electromazos a cada una de las cinco campanas, y un motor de tiro para la de los cuartos.

No es posible visitar el campanario, debido a la escasa superficie de la galería corrida de la sala de campanas, y al complicado e inseguro acceso a la terraza superior.

Menos acorde con la función específica del campanario, es que, en algún tiempo, fuera destinada la torre a cárcel. En 1634, el Cabildo acude al obispo, a fin de que impida el uso como cárcel de la torre, porque entran y salen muchas personas para visitar a los presos y porque las campanas, que tanto cuestan, se estaban echando a perder.

Pero más insólito es, que fuera en alguna ocasión, refugio de conspi­radores. Así en 1824, el Corregidor de la ciudad Don Baltasar de Oncinellas, dirigió un escrito al entonces obispo de Barbastro Juan Nepomuceno de Lera, en el que le dio traslado de un oficio del Subdelegado de Justicia de la ciudad, que dice: 'Reservado. Diez sujetos de la Ciudad me presentaron sus manifestaciones de Comuneros a fin de acogerse al indulto concedido por S. M. a todas las sociedades secretas, manifestando todos ellos que no habían estado más que en dos o tres reuniones de las celebradas en la torre de la catedral de esta Ciudad, los que no tenían ni diploma, título ni insignia alguna. Dios guarde, etc.'

Estos comuneros pertenecían a una sociedad secreta, parecida a la masonería, que se denominaba Confederación de Caballeros Comuneros, en recuerdo de los Comuneros de Castilla. Y, que llegó hasta Barbastro. De e­llos, estos diez pidieron la reinserción.

La Torre Campanario en el plano de la Catedral de Barbastro (Somontano, Huesca, Aragón, España)

Artículo publicado y adaptado en audioguía en 'Descubre el Somontano de Barbastro -->'

lunes, 25 de octubre de 2010

Descubre el Somontano: Catedral de Barbastro (XIII): El Coro

El Coro de la Catedral de Barbastro (Somontano, Huesca, Aragón, España)

La sillería renacentista del coro en madera de roble procedente de Navarra, es obra de Jorge Comón, artista de Zaragoza, y de Juan Jubero, natural de Barbastro. En la actualidad se encuentra dividido en dos partes, ocupando su parte principal el presbiterio. Lo comenzó en 1575 Jorge Comón, experto en sillería de coro, que realizó la silla episcopal que lleva fecha de creación de 1584. A su muerte en ese mismo año fue sustituido en 1594 por Juan Jubero que terminaría la obra en 1599. En esta segunda fase la sillería es más austera, con una labor de talla menos ornamentada.

La silla más elaborada es la episcopal, con un alto respaldo donde figura un relieve de la Asunción rodeada de ángeles músicos. Remata el respaldo un dosel con una talla de la Coronación de la Virgen. Delante del asiento un reclinatorio en cuyo frontal vemos la imagen tallada de San Pedro portando las llaves del Cielo y un libro en las manos. Por debajo del relieve de la Asunción, una cenefa con tallas que representan la Anunciación y la Visitación.

Hay un evidente predominio de temas religiosos, algunos de ellos relacionados con la iconografía mariana como hemos mencionado. Entre la iconografía profana presente en la sillería podemos mencionar la representación de personajes paganos como Hércules, Atenea y Cronos en los pilares o el Rapto de Ganímedes en una misericordia.

Ganímedes era un bello joven, considerado el más bello de los mortales, que guardaba los rebaños de su padre en las montañas cercanas a Troya. Su belleza llamó la atención a Zeus que no dudó en raptarlo, convirtiéndose para ello en águila. Fue trasladado al Olimpo donde serviría de copero, escanciando el néctar en la copa de Zeus, función en la que reemplazaría a Hebe, la diosa de la juventud. A pesar del contenido homosexual de la historia, los comentaristas cristianos convirtieron el rapto de Ganímedes en una alegoría del rapto del alma humana por parte de Dios y de su ascensión al reino de los Cielos.

Originalmente el coro se encontraba situado en la nave central, adoptaba la típica forma de 'U' y lo formaban setenta y un sitiales, distribuidos en dos niveles de sillería, el alto y el bajo. La sillería alta tenía un alto respaldo que terminaba en un dosel también de madera. Los muros de cierre del coro fueron realizados en 1601 por el arquitecto Pedro de Aramendía.

En 1950 se decidió el traslado de la sillería del coro, por una mala interpretación de las teorías del Concilio Vaticano II y una equivocada concepción estética y litúrgica. Para poder realizar este traslado, el coro fue dividido en dos partes ocupando una parte de ellas el presbiterio y otra parte en la Capilla de la Asunción. En esta desacertada operación se perdieron algunos sitiales. El órgano se trasladó a la Capilla del Rosario.

El Coro en el plano de la Catedral de Barbastro (Somontano, Huesca, Aragón, España)

Artículo publicado y adaptado en audioguía en 'Descubre el Somontano de Barbastro -->'

viernes, 22 de octubre de 2010

Descubre el Somontano: Catedral de Barbastro (XII): Capilla de los Reyes

Capilla de los Reyes en el plano de la Catedral de Barbastro (Somontano, Huesca, Aragón, España)

Su nombre actual aparece en el siglo XVI y hace alusión a los Reyes Magos de Oriente. De planta rectangular y cabecera poligonal, su origen se corresponde con las anteriores construcciones catedralicias. Tiene comunicación con la capilla del Rosario y además es paso obligado de entrada en la Catedral desde la portada de la Plaza donde se sitúa el Museo Diocesano. Se cubre con bóveda de crucería producto de reformas posteriores al igual que las claves que la cubren.

Sus promotores fueron Domingo Tolla, fallecido en 1262, que fue baile o administrador episcopal en Barbastro, y su esposa Urraca, señores de Escanilla y La Mata en la Comarca del Sobrarbe, que costearon su construcción como capilla funeraria, poniéndola bajo la advocación de San Miguel. En el siglo XVI los restos fueron trasladados a otro lugar.

Disponía de un retablo conocido como del Salvador de los Reyes de autoría atribuida a Antonio Galcerán. Parece ser que por mediación del obispo Miguel Cercito (1585-1595), este pintor visita la ciudad en 1588 y 1594. Sólo se ha conservado lo que parece ser la tabla central del retablo que permanece en la capilla y que representa la Adoración de los Magos, un modelo de éxito que procede del pintor flamenco establecido en Zaragoza, Roland de Mois y que Galcerán repetirá en otras ocasiones.

Hoy es capilla bautismal. La pila actual es de factura reciente, la original fue realizada en 1635 y trasladada a Roma después de ser rota en varios pedazos durante la Guerra Civil. Actualmente se encuentra a la entrada de la iglesia prelaticia de la sede central del Opus Dei en Villa Tevere (Roma), pero no se usa como pila bautismal, sino como pila de agua bendita para santiguarse mientras se entra en esa iglesia. Además, encima de la pila cuelga en la pared una inscripción en latín que advierte que esa fue la pila bautismal de la Catedral de Barbastro, en que fue bautizado José María Escrivá de Balaguer, nacido en nuestra ciudad, fundador del Opus Dei y proclamado santo por Juan Pablo II.

También sirve de nuevo espacio museístico con el pantocrátor de Vió, que se trasladó desde el Palacio Episcopal cuando comenzaron las obras de remodelación para convertirlo en Museo Diocesano y dependencias administrativas del Obispado.

Las pinturas murales de Vió se trasladaron en los años 70 para su restauración a los Talleres Gudiol, en Barcelona, por cuenta de la Caja de Ahorros de la Inmaculada. Se reprodujo el ábside original para fijar las pinturas arrancadas.

Esta pintura al temple se realizó a finales del siglo XIII. Como es habitual, presenta a Cristo en Majestad rodeado por la mandorla, marco o aureola en forma oval o de almendra, y flanqueado por los cuatro signos de los Evangelistas: se refiere a San Mateo, representado por un niño con alas; San Marcos por el león; San Lucas con un toro y San Juan por el águila. El pantocrátor se complementa con escenas a ambos lados de la parte central. En la adoración de los Magos se halla bastante mutilada la imagen de la Virgen y se aprecian los nombres de los Reyes. En relación con el titular de la iglesia, San Vicente mártir, queda una escena, la rueda de molino a la que ataron su cuerpo después del martirio para arrojarlo al mar.

El conjunto, de autor desconocido, se completa con pinturas en las que se representa el Juicio Final, se hace una lectura literal de lo dicho en el libro del Apocalipsis con escenas del ángel con la trompeta mientras se levantan los muertos de los sepulcros.

Se complementa con la representación de San Miguel, con una balanza donde pesa las almas, y reyes que tocan instrumentos musicales, en alusión a los salmistas del Antiguo Testamento. La conservación del pantocrátor se debe a que encalaron el ábside y ello contribuyó al mantenimiento de las pinturas. En el mismo espacio de la Catedral se expone una viga procedente de la iglesia, del siglo XIV muy interesante porque habla del arte mudéjar en esta zona.

Recuerda el emplazamiento original en el interior, atravesando de lado a lado el ábside donde se habían colocado estatuillas, tallas o imágenes de bulto redondo. Es un paso intermedio entre el frontal de altar y los retablos posteriores. En la iglesia de Vió había representaciones de los principales estilos artísticos y de su evolución, sobre todo, la forma de representar la iconografía desde el fragmento del frontal de altar, primeras pinturas conocidas en la zona.

Destaca la manera de colocar las imágenes en una viga, ya que es un modelo poco frecuente y probablemente fue fugaz. Las muestras de distintos estilos artísticos se completan con el pantocrátor del siglo XIII, fragmentos de un retablo del siglo XVI y pinturas murales que representan santos fundadores. El conjunto de la variedad de obras pintadas, en Vió, nos habla desde el arte románico hasta el barroco.

El pantocrátor sirve de lazo de unión para que los visitantes del Museo Diocesano sepan que una pieza muy importante está en el templo. El atrio se ha adecuado para exposición de piedras arqueológicas, entre ellas la lápida episcopal que corresponde al obispo Carlos Muñoz Serrano (1596-1604), mecenas de la parte superior del retablo mayor de la Catedral. Su influencia fue decisiva en la mejora del antiguo Palacio Episcopal.

Artículo publicado y adaptado en audioguía en 'Descubre el Somontano de Barbastro -->'

miércoles, 20 de octubre de 2010

Descubre el Somontano: Catedral de Barbastro (XI): Capilla del Rosario y el órgano

Capilla del Rosario y el órgano en la Catedral de Barbastro (Somontano, Huesca, Aragón, España)

Segunda capilla de la nave del evangelio. En esta capilla se encuentra instalado el órgano. Se trata de una capilla rectangular con cabecera poligonal. Construida en 1595 y puesta bajo la advocación del Ángel Custodio, su promotor fue Juan de Lunel y su constructor Juan de Villabona, natural de la provincia de Vizcaya. En 1747 se pondría bajo la advocación de Nuestra Señora del Rosario.

La portada de acceso a la capilla, obra barroca realizada en 1745 por Joseph Burria, maestro albañil de la ciudad de Lérida, está formada por un arco de medio punto, flanqueada por dos pilastras con decoración vegetal que descansan en dos altos zócalos que sirven de pedestal a dos esculturas de San Pedro y San Pablo. Por encima del arco dos molduras mixtilíneas con escudos de los donantes. La decoración de la portada se resuelve a base de elementos vegetales, como floreros, jarrones y ángeles.

Los órganos de la catedral


Es posible que existiera ya un órgano en la Iglesia de Santa María, predecesora de la actual Catedral. Probablemente, este primer órgano no sería de una relevancia significativa, en comparación con los que posteriormente se encargaron para el edificio catedralicio.

En 1575, durante el obispado de Felipe de Urriés (1573-1585), se firma contrato con el maestro constructor de órganos Juan Pérez, natural de Rubielos (Zaragoza), a quien se encarga la construcción de un órgano grande con su cadireta, siendo éste el primer órgano importante que se construye en la Seo de Barbastro. El tiempo pactado para su construcción se fijó en un año. Lo que ya no resulta claro es que llegara a construirse en su totalidad. Es posible que las obras se abandonaran en un estadio bastante avanzado. Ello puede deducirse de la falta de un documento que certifique el recibo de la cantidad pactada para la construcción. Además, aparece una nota en la cual se especifica, con fecha 28 de mayo de 1580, la cancelación del contrato. Por otra parte, la siguiente capitulación viene fechada el 19 de abril de 1580, lo que significa que un mes antes de la cancelación del contrato anterior ya se ha pactado la construcción de un nuevo órgano, o cuando menos la remodelación del anterior.

El nuevo encargo fue encomendado al reconocido maestro de órganos Salvador Estada, y que se sabe que realizó trabajos en el órgano de la Catedral de Valencia. Para esta nueva construcción se determina un tiempo de dos años, aunque en realidad se trataba de la remodelación del órgano ya existente. Se pretendía un órgano mucho mayor y ampuloso. Se aprecia la influencia catalano-levantina sobre esta parte de Aragón como, por ejemplo, el que se supriman los registros de lengüeta (dulzainas: poco frecuentes en zonas de influencia catalana, donde se incorporan en épocas más tardías) presentes en el órgano anterior. No olvidemos que el anterior constructor era natural de Rubielos, provincia de Zaragoza, y que el actual Salvador Estada proviniera probablemente de los reinos de Barcelona o Valencia.

Lo más probable es que este órgano tampoco llegara a construirse, dado que no se le menciona en ninguno de los documentos posteriores hallados. Debemos tener presente que está basado en un flautado de 27 palmos (el doble de longitud que el anterior) y por tanto muy costoso como para no ser reutilizado.

Un cuarto contrato, fechado en 1586, coincide con la entrada de Miguel Cercito (1586-1595) como nuevo obispo de Barbastro. Es de destacar el interés mostrado por este obispo en hacer de la Catedral de Barbastro un centro importante dentro del ámbito cultural y eclesiástico. En el tiempo que dura su obispado se realizan obras de gran importancia, como el encargo del retablo del altar mayor.

Este obispo encarga la construcción de un órgano al organista Lorenzo Estanga, natural de Cremona (Italia) y residente en la villa de Tamarite. Es de destacar la presencia de un organero de origen italiano, y más sabiendo que flamencos y alemanes trabajaron en nuestro país en el campo de la organería, pero hay pocas noticias de constructores italianos. Para su construcción se pacta el tiempo de un año, y en esta ocasión, sí llegó a construirse.

En 1638, bajo el obispado de Alonso de Requesens y Fenollet, se encarga al escultor Pedro de Ruesta la construcción de las cajas que deben albergar el nuevo órgano que se construye en la Catedral, el cual, será construido por Pedro Lázaro de Ambel. El órgano debía situarse en el coro, que entonces se hallaba ubicado en el centro de la nave central de la Catedral, frente a la capilla de la Asunción. Ello implica que las cajas del órgano deben guardar una configuración estética similar al coro, requiriendo por tanto, el buen hacer de un escultor especialista como era Pedro de Ruesta.

Las mencionadas cajas deben situarse a ambos lados del coro, ser iguales y de gran belleza, pero sólo una de ellas albergará el instrumento. La segunda deberá tener el flautado pintado de forma que exista una cierta correspondencia estética, así como una construcción apta para poder albergar en su momento, otro instrumento de características similares (órgano gemelo).

Es significativa la diferente ubicación del órgano en los siglos XVI y XVII, pasando de estar en una capilla lateral, a estar en el coro central, con fachada a las dos naves y posibilidad de un segundo órgano gemelo. Es una disposición muy de moda en las catedrales e iglesias importantes castellanas (Salamanca, Lerma, etc.), y con evidente intención de ejecutar música policoral. Esto, unido a la ausencia de cadireta, nos indicaría un retorno a la estética castellano-aragonesa a principios del siglo XVII. Este órgano es el que continuó en la Seo de Barbastro hasta su destrucción en 1936.

Al trasladarse el coro de situación, el órgano pasó a ocupar el sitio donde ahora se ubica. Situado en la parte superior de la portada, la cual se divide en dos cuerpos horizontales, y es obra del organero Alberdi de Barcelona, realizado en 1953, sustituyendo al que se quemó en la Guerra Civil.

La capilla del Rosario y el órgano en el plano de la Catedral de Barbastro (Somontano, Huesca, Aragón, España)

Artículo publicado y adaptado en audioguía en 'Descubre el Somontano de Barbastro -->'

lunes, 18 de octubre de 2010

Descubre el Somontano: Catedral de Barbastro (X): Capilla de San José

Capilla de San José en la Catedral de Barbastro (Somontano, Huesca, Aragón, España)

Tercera capilla de la nave del evangelio. Su entrada la forma el original arco apuntado realizado en piedra sin ningún tipo de decoración. En 1319 fue mandada construir por el racionero de la iglesia, o canónigo con derecho a ración que disponía de parte de las rentas en la catedral, Miguel Pérez de Soteras, y más tarde entre 1625 y 1635 se reconstruyó bajo el patronazgo de José de Segura y Mendiolaza.

La capilla realizada en piedra sillar y ladrillo adopta una planta de cruz griega de cortos brazos. Se cubre con cúpula de media naranja y linterna que ilumina el espacio interior. El interior de la cúpula está adornado en su totalidad por decoración de estucos de inspiración barroca. En ocho óvalos encontramos imágenes de cuatro padres de la iglesia católica: San Agustín, San Ambrosio, San Crisóstomo y San Gregorio. Alternan las figuras de los padres de la iglesia con cuatro virtudes: fe, esperanza, caridad y fortaleza, lo cual completa los ocho óvalos. En las pechinas el escudo de Mendiolaza promotor de la capilla. Rodeando los óvalos y los escudos del fundador, una infinidad de volutas completan la decoración barroca de la cubrición de la capilla.

Lo mejor sin duda de la capilla es el retablo que alberga en su interior. Originalmente disponía de tres retablos, uno en cada brazo de la cruz griega, pero en 1936 fueron destruidos. En 1952 y procedente del Monasterio de San Victorián en la Comarca de La Fueva fue traído hasta esta capilla su retablo mayor y montado.

El retablo de San Victorián, de interesante iconografía, realizado en el siglo XVIII en madera completamente dorado, está formado por banco, tres calles y tres pisos. Las entrecalles y los exteriores se decoran con columnas salomónicas con decoración de hojarasca. Lo componen un total de veinte pinturas que en general giran alrededor de la vida de San Victorián. Las pinturas son de distintas épocas por lo que se cree que el actual retablo de estructura barroca se formó a partir de piezas dispersas y que se unieron para formar este retablo. El proyecto fue costeado por el infante Alonso de Aragón, arzobispo de Zaragoza y abad del monasterio. El retablo fue montado en esta capilla por los hermanos José y Joaquín Albareda Piazuelo de Zaragoza, imagineros y retablistas de gran prestigio en la capital aragonesa.

En el centro del retablo la imagen sedente de San Victorián de Asán (480-560), santo italiano que vivió en la Comarca del Somontano y en el Pirineo oscense. Tabla gótica fechada en el siglo XV y atribuible a una escuela hispano flamenca. El santo se encuentra entronizado con los atributos episcopales flanqueado por dos personajes, mientras por detrás un grupo de ángeles cantan loas de alabanza. La tabla se atribuye a Bartolomé Bermejo o a su escuela. Los dos personajes que lo flanquean tal vez pudieran ser San Gaudioso y San Nazario.

Junto a la tabla central cuatro lienzos fechados en el siglo XVI asociados a la escuela florentina, son obras de transición al renacimiento. En el lienzo inferior de la derecha, San Victorián de rodillas escucha a un ángel (la Vocación de San Victorián), en el lienzo superior el santo con un libro en las manos hablando a las gentes mientras un ángel lo inspira. A la izquierda el lienzo inferior escena del Milagro de la Fuensanta, en el lienzo superior encontramos una escena no identificada. Pudieron ser pintadas hacia 1518 por el pintor residente en Zaragoza Juan de Madril. Del mismo autor y procedente del mismo conjunto hay en el Museo Diocesano de Barbastro una tabla con la Muerte de San Victorián.

En el segundo piso en el centro tenemos un lienzo con la muerte del Santo. Encima vemos un florón cegado con el óculo eucarístico. El lienzo inferior de la derecha representa al santo diciendo misa, mientras que el lienzo superior representa al santo siendo recibido en un monasterio. A la izquierda tenemos el lienzo inferior representando al santo de rodillas en presencia del rey, mientras que en el superior vemos a nuestro personaje con un libro en las manos y dirigiéndose a un grupo de monjes.

En el tercer piso o ático, en el centro tenemos un lienzo con el Calvario, Cristo junto con los dos ladrones y San Juan y las Marías a sus pies. A la derecha encontramos lienzo representando la muerte del santo y a la izquierda una escena no identificada.

En el banco cuatro pequeños lienzos con escenas de la Pasión de Cristo: El huerto de los olivos, el Prendimiento, la Flagelación y la Vía Dolorosa con Jesús llevando la cruz a cuestas.

El sagrario situado debajo de la tabla central procede de la iglesia de Secastilla que fue incendiada en 1936. Tiene tres pequeñas tablas renacentistas en sus caras: en el frontal el 'Ecce homo' y en las laterales La Dolorosa y San Juan, fechadas en el siglo XVI y de autor anónimo.

El retablo se cierra por su parte superior en forma de arco de medio punto que tuvo que ser modificado por los hermanos Albareda para encajarlo en el espacio de la capilla.

La capilla de San José en el plano de la Catedral de Barbastro (Somontano, Huesca, Aragón, España)

Artículo publicado y adaptado en audioguía en 'Descubre el Somontano de Barbastro -->'